Pythagoras, el chocolate matemático de Enric Rovira y Santos Bregaña

Ana Rodríguez

Por 24 de mayo de 2016

la presentación completa de la tableta Pythagoras de Enric Rovira

El diseñador Santos Bregaña es el responsable de que hace unos años naciera la tableta Pythagoras dentro de la colección “Rajoles d’Autor” (Tabletas de Autor) de Enric Rovira. Fue la tercera de la serie, después de los trabajos efectuados con el escultor Andreu Alfaro, “Catalunya”, y de las “Chocodosis” de Emili Padrós. Hoy, la firma chocolatera vuelve a poner en circulación este interesante trabajo.

los cuadros desarrollados a partir del teorema matemáticoEn este caso la intención de la tableta era reproducir una clase de matemáticas de Enrique Zuazua en honor al maestro griego, Pitágoras. Como si de un cuadrado que va girando ligeramente, la tableta se divide en muchos triángulos de diferentes proporciones pero que tienen exactamente el mismo volumen y peso. La tableta está confeccionada con un chocolate de origen México al 70% de cacao y se convierte en un exponente perfecto del trabajo artístico y conceptual que el chocolatero de Barcelona gusta de imprimir a sus colecciones.

En palabras del propio Santos Bregaña, “planteamos la cuestión de conseguir una pieza que enseñe porciones triangulares diferentes en su geometría pero idénticas en su superficie y peso. Intuí que girando un cuadrado dentro de su perímetro límite y dentro de este otro más pequeño y así sucesivamente hasta alcanzar cuatro triángulos idénticos, debía ser posible liberar en los interticios una serie de triángulos rectángulos de igual peso que los centrales.” El diseñador define su trabajo de esta original y solemne reflexión: “El diseñador es aquel que observa los ‘Dieu signes’ el ‘dieu-signateur’ y no sin esfuerzo debe otear incesantemente la naturaleza buscando estas armonías numerales que hace ya 2.500 años descubrió el maestro que da nombre a este trabajo. Sabemos además de la muerte de dios, y ello nos lleva sin remedio a buscar su cadáver como único recurso de nuestro trabajo. A menudo en el fondo del mar, en las profundidades, huyendo de la observación celeste y recorriendo instrospectivamente los pozos de melancolía más personales.”

Tableta por dentro, envase por fuera