El abeto estrella de chocolate de Enric Monzonis

Jaume J Cot

Por 22 de diciembre de 2018

visión cenital del abeto de Enric Monzonis

Enric Monzonis lo ha vuelto a hacer, nos sorprende a todos con una colección chocolatera intachable tanto en lo creativo, como en lo técnico y conceptual. Cogiendo dos de los elementos más fuertes de la simbología navideña, como son la estrella y el árbol de navidad, los funde en un solo objeto que pasa a convertirse en el abeto estrella. Elaborado totalmente en chocolate y a partir de un trabajo de patronaje que ha necesitado de programas 3d para hilvanar los diferentes triángulos, el resultado es majestuoso, evocador y original.

Lo hemos visto en el pasado con la fuerza para no dejar a nadie indiferente tanto en la campaña de Pascua, con su huevo tentetieso como más recientemente en la reunión del Colectivo 21 Brix, que aprovechó para presentar un corazón de chocolate con diferentes piezas superpuestas. El técnico de Chocovic y profesor de la Chocolate Academy está demostrando no solo el estado de gracia creativo en el que se encuentra sino también su capacidad para extender sus habilidades del postre en plato, que tan bien dominó en su etapa anterior en el Tickets de Albert Adrià, a otras facetas artesanas.

“Explicar el máximo con lo mínimo”, se propone Enric Monzonis con estos abetos estrella, que concentran la simbología navideña en una pieza de líneas geométricas puras igualmente evocadoras. Pero el propio Enric nos advierte de que no nos dejemos engañar por la aparente sencillez, estos abetos “esconden una complicada geometría”, y admite que “después de repetidos intentos prueba-error, he tenido que ayudarme de un programa de diseño 3D para poder conseguir los ángulos correctos de los múltiples triángulos que contienen estas distintas piezas.”

La colección se presenta en tres tamaños diferentes, que tienen la misma dimensión en la base, pero de alturas diferentes. Por eso, continua explicando el chef, “tres cálculos y morfología angular distinta”. Con ellos Monzonis rinde su particular homenaje a la irregularidad natural de los abetos, que están terminados con un ligero pistoleado que ayuda a tematizar la pieza a la época del año invernal, pero sin dejar de mostrarse 100% de chocolate.

 


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