La Colmena, 150 años de historia pastelera en Barcelona

Jaume J Cot

Por 29 de mayo de 2018 Barcelona

El equipo al frente de la pastelería La Colmena

Ayer por la tarde la familia Roig, con Josep Maria al frente, acompañado de su mujer, hijos y de un amplio conjunto de amigos y personalidades, celebró el 150 aniversario de la Dulcería La Colmena. La que es probablemente la pastelería en activo más antigua de la ciudad condal, mantiene su dinamismo en la actualidad. Como ya vimos en Dulcypas Book, los productos tradicionales y emblemáticos de esta pastelería, es decir, carquinyolis, caramelos, bolados y merengues, son los absolutos protagonistas de sus escaparates.

Situada en pleno corazón de Ciutat Vella, a un extremo del Gótico barcelonés, en la Plaza del Ángel, el local es un deleite para turistas y locales, y una de las obsesiones de Josep Maria, que se encarga de restaurar y mantener todo el encanto de sus centenarias instalaciones. Por ejemplo del rótulo que da la bienvenida, grabado completamente con pan de oro, o de otros muchos detalles que justifican sobradamente la inclusión del local entre los establecimientos centenarios que las guías turísticas recomiendan visitar en la ciudad.

Pero no solo son paredes con historia, detrás del mostrador un equipo de ocho profesionales, comandados por Xavier Arévalo se encargan de elaborar el variado surtido de productos que cada día viste los escaparates y vitrinas del local. Además de los ya citados merengues, caramelos y carquiñolis, merece la pena destacar el completo repertorio de pastas de té, los melindros, las cocas de llardons (chicharrones) o los productos de temporada como los turrones o los panellets, entre muchos otros. Xavier Arévalo nos aclara que no se alinean con un estilo de pastelería moderna basada en semifríos, pero que en su oferta mandan los productos frescos y el uso de materias primas nobles de primera calidad.

En la antigua “Ca L’Abella” –de abeja, por eso en tiempos del franquismo pasó a llamarse La Colmena- ayer era todo jolgorio. Dependientas y pasteleros compartían un momento distendido con clientes fieles, familiares, amigos y medios de comunicación. La ocasión lo merecía y el buen estado de salud del local inspira confianza en un largo y sólido porvenir.

 

 


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