Los expertos recomiendan

Alberto Ruiz

Por 05 de marzo de 2019

Ilustración de Cristina Méndez sobre recetas con huevo

Desde que en 1973, la Asociación Americana del Corazón dictaminara que un consumo excesivo de huevos, ricos en grasas y colesterol, podía provocar fallos cardiacos, este alimento fue casi demonizado y se estableció la ingesta de solo dos o tres unidades por semana como dosis razonable. Algo parecido pasó con el queso. Ahora, la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA) nos dice que los huevos contienen nutrientes beneficiosos y que su consumo no solo no se asocia a enfermedades cardiovasculares, sino que incluso puede reducir el riesgo de padecerlas, especialmente el ictus. Por tanto puede recomendarse el consumo diario. La Universidad de Finlandia Oriental sugiere que el huevo podría reducir el riesgo de padecer diabetes tipo 2. El queso también está recuperando su imagen de alimento bondadoso.

Y ahora que la mayor parte de los españoles han sustituido la leche entera por la semi o desnatada, la revista Nutrición Hospitalaria publica un artículo firmado por prestigiosos expertos en el que se asegura que “no existen suficientes evidencias científicas para recomendar a la población general el consumo de productos lácteos bajos en grasa o desnatados de forma preferente, en lugar de su versión entera”.

Son solo algunos ejemplos que no hacen sino contribuir a la ceremonia de la confusión que vive el sector alimentario. Algunas “verdades” avaladas por organismos  expertos, son después cuestionadas cuando no desmentidas por otros organismos también expertos.

Ante este mutante panorama, desde Dulcypas también vamos a lanzar nuestras recomendaciones, esperando que el paso del tiempo no termine por contradecirlas.

Al pastelero le recordamos algo que ya sabe, que utilizar materias primas de la mejor calidad posible no puede ser malo, ni ahora ni dentro de 20 años. Le recomendamos además que se puede y se debe repensar cada receta, sin fundamentalismos ni modas, restando aquello que quizá se utiliza por inercia pero que no aporta nada interesante en cuanto a sabor o textura. Y le animamos a practicar una pastelería fresca, recién o casi recién hecha, como mejor estrategia a la hora de competir con el producto industrial.

Y al consumidor le pedimos que exija al pastelero que cumpla las tres recomendaciones anteriores.

Para todo lo demás, ya están los expertos.