Viento en popa para las masas congeladas

Jaume J Cot

Por 29 de mayo de 2013

El consumo de pan está de buenas, ha registrado un aumento en 2012 y en lo que llevamos de 2013 de 1,2%, lo que “indica que nos encontramos, al menos, en un periodo de estabilización”, según ha comentado Fernando Burgaz, director general de la Industria Alimentaria del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. El dato se daba a conocer ayer a la vez que ASEMAC, la Asociación Española de la Industria de Panadería, Bollería y Pastelería congeladas, hacía público el crecimiento experimentado el año anterior, tanto en producción (1,75%) como en facturación (0,7%), alcanzando los 1.038 millones de euros. Felipe Ruano, presidente de ASEMAC, asegura que “todos nuestros asociados gozan de una sanidad económica correcta”, e incluso que “hemos superado 2012 de mejor forma que pensábamos que la pasaríamos en enero de este año”.

Las líneas principales de actuación pasan por afianzar la comercialización dentro de España y ganar competitividad en Europa. Durante la comparecencia también se hizo hincapié en la sensibilidad de los asociados por adaptarse a las nuevas demandas del consumidor de hoy en términos de calidad y sanidad, reduciendo los porcentajes de sal de la formulación de panes, eliminando grasas trans en la bollería e incorporando ingredientes funcionales tales que sales yodadas, fibras y semillas o ácidos grasos omega-3.

En la actualidad ASEMAC representa el 80% de las empresas industriales dedicadas a la panadería, pastelería y bollería, empleando de forma directa a 5.000 personas y copando el 90% del volumen de ventas. El resto del sector de la panificación está configurado por 170.000 empresas de las que 15.000 se dedican a la fabricación y 155.000 a la comercialización. En términos de consumo, Andalucía y Cataluña abanderan el consumo de pan total mientras que en lo referente al consumo por habitante es Navarra la comunidad con mejores registros (46,23 kg por persona y año). Por el contrario, Islas Canarias estaría a la cola en consumo per cápita y año, y La Rioja la última en consumo total.